RELATO: La pérdida de una vida Joven
Cuando llegó a mi aula de clases del grado Transición, tenía apenas cinco anitos y su modo de ser me llamó poderosamente la atención. La referencia que siempre recibo de un buen ramillete de infantes, brindada por la PILOSÍSIMA madre comunitaria ESTELLA, me ponía en alerta y al mismo tiempo nacía en mi un reto grande para poder entender y guiar a ese pequeño rebelde con causa, envuelto en un bello manto de ternura y humildad. Sus largas e interminables historias contadas con puntos y comas, a veces historias agradables, pero otras tantas tristes y desgarradoras, siempre fueron nuestro plato fuerte a la hora de compartir bellos momentos.
Uno de sus primeros papeles protagónicos lo desempeñó con lujo de detalles cuando dramatizó la canción de SAMY EL HELADERO y su carita tierna con sus ojos brillantes de felicidad, me animaban por siempre a apoyarlo.
Inquieto a morir, colaborador inagotable, rebelde, peleón (sobre todo con Patty), pero muy inteligente, continuó a mi lado por un año más donde se fortaleció aún más nuestro vinculo de amistad y aprecio. Nunca dejó de ir a su aula de transición al proseguir en su vida estudiantil llena de conflictos y dificultades disciplinarias, emocionales y económicas.
Al momento de hacer la primera comunión debía bautizarse previamente, y su mamá nos concedió a mi esposa y a mí, la bella responsabilidad de apadrinar a este brillante niño. Para ese entonces, los consejos y el dialogo fueron más continuos.
Quiso ir de la granja a la sede principal del INEM, persiguiendo uno de sus sueños: la música primordialmente ya que al ingresar a la fundación BATUTA, empezó a desarrollar sus talentos en este bello arte.
Igualmente, el querer estudiar en la sede principal haciendo sacrificios y esfuerzos, pero a la vez recibiendo el apoyo de varias personas, era luchar por una beca de SER PILO PAGA para estudiar en la universidad y ser un buen ingeniero. La tenía clara, la construcción de su proyecto de vida, marchaba en forma acertada y responsable.
Su tiempo lo copó en diversas actividades tales como: la música, el teatro, el baile, el fútbol, el trabajo que permitieron hacer de él un gran hijo, un buen hermano, un gran estudiante y un talentoso ser humano.
Ya no volverás más por tu aula de Transición, con tu bello y alegre saludo de: «BENDICION PADRINO» pero tu alegría y tus bellos recuerdos vivirán para siempre en ese lugar y en lo más profundo de mi corazón.
¡¡¡¡DESCANSA EN PAZ QUERIDO JAVIER MAURICIO!!!!
Pedro José Rivera
Docente preescolar
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