Las calles son un laberinto
de recuerdos vagabundos,
de historias sin fin ni cuento
que se pierden en el mundo.
Cada esquina es un suspiro
de aquellos que ya no están,
de sueños rotos y giros
que se escapan sin más.
Las calles son un reflejo
de la vida que vivimos,
de los momentos buenos y malos
que en el camino hemos visto.
Son huellas que el tiempo deja
en el asfalto y el cemento,
son restos de lo que fue
un pasado ya tan lejano.
Las calles son un poema
que se escribe con los pies,
con los ojos y el alma
de aquellos que las recorren.
Son un cúmulo de historias
que nos hablan de nosotros,
de lo que fuimos y somos,
de lo que un día seremos.
Las calles son un misterio
que a veces no entendemos,
pero que siempre nos llaman
a seguir caminando adelante.
DAVID SEBASTIAN MONTERO
Sección 802
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