
La agricultura, desde tiempos ancestrales, ha sido la base del desarrollo de las civilizaciones. No solo garantiza la seguridad alimentaria, sino que también impulsa la
economía, promueve la innovación y fortalece la identidad cultural de los pueblos. En este contexto, la Granja del INEM de Popayán, Cauca, se convierte en un espacio pedagógico ejemplar al integrar la agricultura ecológica con la formación académica y personal de los
estudiantes.
Actualmente, en sus invernaderos y parcelas se producen alimentos de gran valor nutricional como el tomate (Solanum lycopersicum), fríjol (Phaseolus vulgaris), arveja
(Pisum sativum), cebolla (Allium cepa), cilantro (Coriandrum sativum), papa criolla (Solanum
tuberosum, variedad andigena), maíz (Zea mays) y lechuga (Lactuca sativa). Se crían pollos, cerdos, se producen huevos y leche de vaca. Estos cultivos y cría de animales se desarrollan bajo prácticas limpias, evitando pesticidas químicos y fertilizantes sintéticos. En su lugar, se utilizan productos naturales elaborados en la biofábrica escolar por los mismos estudiantes, como hidrolatos de ají, ortiga, cebolla y ajo, así como abonos orgánicos de
gran calidad: lombricompuesto, bocashi, compost y humus líquido de lombriz roja californiana.
Más allá de la producción agrícola y pecuaria, lo que se cultiva en la granja es aprendizaje integral. Cada actividad es un biolaboratorio vivo donde los niños aplican conceptos de biología al reconocer ciclos de vida, especies de animales y relaciones ecológicas; de
química al comprender la composición de los abonos, concentrados y bioinsumos; de física al estudiar la energía solar, la presión del agua en los sistemas de riego o el crecimiento de las plantas; y de matemáticas al calcular áreas sembradas, proyecciones de cosecha y costos de producción tanto en lo agrícola como lo pecuario. Incluso asignaturas como español encuentran cabida, pues los estudiantes redactan informes, relatan experiencias y desarrollan habilidades comunicativas.
Pero el alcance del proyecto no se limita a la parte académica. En la granja también germinan valores esenciales: la responsabilidad al cuidar los cultivos, la perseverancia en el manejo de plagas y enfermedades, el trabajo en equipo para sacar adelante las cosechas,
el emprendimiento al pensar en posibles negocios y, sobre todo, el amor por la naturaleza, vital en una sociedad que enfrenta la crisis ambiental.
La experiencia abre la puerta a proyectos de vida diversos. Algunos estudiantes pueden orientarse hacia carreras relacionadas con la ingeniería agronómica, la biología, la química ambiental o la zootecnia; otros pueden interesarse en la agroindustria, que permite transformar los productos agrícolas en alimentos procesados de mayor valor agregado (salsas, conservas, deshidratados, empaques ecológicos). También emerge la necesidad de
conocimientos en administración de empresas, ya que la agricultura moderna requiere planificación financiera, estudios de mercado, logística y comercialización eficiente. Sin mencionar que pueden ser veterinarios, ecologos, ing. forestales, patólogos, genetistas,
etc…
Con esta visión integral, la Granja del INEM no es solamente un espacio de cultivo: es un laboratorio de vida y esperanza. Allí los estudiantes siembran conocimiento y valores que trascienden el aula, cosechando habilidades y sueños que pueden convertirse en empresas sostenibles, proyectos comunitarios o iniciativas de innovación agroecológica.
La agricultura, vista así, se transforma en una herramienta pedagógica y social, capaz de fortalecer la educación, generar empleo, dinamizar la economía local y contribuir a la preservación del medio ambiente. En cada planta que germina en la granja, no solo crece un alimento: “crece también el futuro de nuestros niños y de la región”.
Así que hoy los invito a mirar la agropecuaria no como una opción más, sino como un camino lleno de ciencia, emprendimiento, liderazgo y amor por la naturaleza. Quien elige este camino no solo asegura un trabajo, sino también la posibilidad de transformar vidas.
“Quien aprende a sembrar, aprende también a cosechar futuro.”
La Granja del INEM los espera.
Pedro Buriticá.
Docente de Agropecuaria.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
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