 
                 
          Eras el mapa sin rutas rojas
el café compartido en madrugadas frías
mi refugio de mundos rotos
y la grieta en todas mis teorías
Llamarte amigo fue mi celda de mentiras
cada broma, cárcel de palabras no dichas
cada abrazo un océano sin orillas
donde naufragaban mis caricias prohibidas
Inventé miles de excusas para verte
«Vamos a caminar?», «¿estudiamos?»…
Mientras mi corazón escribía en mi pared
los versos que jamás te dediqué
Fuiste el jardín que cultivé sin flores
el invierno que quise llamar primavera
la fe que no rezaba en los altares
y la guerra que elegí por mi bandera
Hoy sé que el «casi» tiene sabor a sal
que tu risa fue mi paraíso ilegal
que en el diccionario de nuestro silencio
«amistad» era el nombre de un gran mal
Me pregunto si al mirar las estrellas
sentiste el vértigo de este abismo doble
ser el puerto seguro de mi tormenta
y a la vez… el naufragio que me hundía
Quedamos en la orilla de lo eterno
tu con tu miedo. yo con mi equipaje
de secretos que pesan como estatuas
en este museo vacío llamado «amistad»
Talvez en otra vida sin ninguna frontera
las palabras vuelen sin ningún certificado
y este amor que hoy está en una isla desterrada
encuentre por fin su continente
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