¿JOVENES: VICITMAS O VICTIMARIOS?

“En algùn lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle sentido a la existencia”

(Miguel de Cervantes)

Julián, Johan, Camilo, Sebastián….  Cualquiera podría ser el nombre del menor de edad que cometió el atentado contra el Senador Miguel Uribe Turbay este fin de semana en Bogotá.  Un chico con un pasado y un presente muy similares a cualquiera de los jóvenes de nuestros entornos: colegio, barrio, equipo, barra de amigos, etc. Quizás ese Julián, Johan, Camilo, Sebas, a tan corta edad, ya ha recibido de la vida golpes e infortunios para nada justos. Desde muy temprana edad ya la vida le había untado el alma de m….

Es apenas obvio que su sentir frente a la cruel vida que le deparó el destino, sea de dolor, resentimiento, odio y seguramente, venganza. No debe haberle resultado fácil soñar una vida digna, aunque la anhelara. No debe haber encontrado salidas a las encrucijadas que le presentó el destino. No encontró esa mano amiga que quizás estuvo esperando… Todo eso -sigo conjeturando- llenó a este chico de desesperanza, abatimiento y pesimismo frente a un mañana.

Hoy es tratado como victimario cuando ayer fue una víctima. Un chico cuyo patrón de vida es el caldo de cultivo que buscan los autores intelectuales y determinadores de crímenes como el del senador. Este joven no tenía un motivo especifico o un móvil para acometer el atentado. Quizás para él, el senador Uribe no existía en su “radar”, no sabía su historia, ni nada de su vida; quizás lo vio por primera vez cuando le apuntó con el arma porque es costumbre que el determinador le enseñe una foto, un video para que en el acto lo reconociera. Quizás nunca supo de él sus aciertos o sus errores en su vida pública.

Lastimosamente ese joven tocó fondo en el mundo en el que había caído, y por ello debe pagar su falta. Pero, que no hayan más como él, aunque hayan más como los otros: los autores intelectuales y determinadores.

Es el modus operandi de las “bandas” que buscan quien haga el “trabajo sucio” por una irrisoria suma. Y como si las acciones que victimizan al sicario fueran pocas, es costumbre ofrecerle una suma de la que solo le pagan la mitad, porque le “negocian” el “saldo” cuando se cercioren de que el delito fue consumado y este último pago jamás lo hacen. Prefieren silenciarlo porque sabe mucho.  El mundo del crimen, al que pertenece no solo el autor material (sicario: Julián, Johan, Camilo, Sebas…), sino también el determinador y el autor intelectual, se aprovecha de aquellos chicos azotados por la vida; los envenenan para que se desahoguen en el momento de cometer el crimen. Ellos fraguaron el crimen; eran los dueños del interés macabro de asesinar al senador.

La historia política colombiana está llena de estos pasajes. Así cayeron personas para los jóvenes de hoy desconocidas en las décadas de los 80’s y 90’s. Siempre utilizaron jóvenes como el que hemos podido llamar Julián, etc. Saben que son presa fácil de sus mezquinos y viles intereses. Saben que cualquier fajo les hace creer que van a salir de sus difíciles y tristes vidas.

Lo doloroso entonces es ver que no hay cambios sustanciales en la atención a menores en estado de vulnerabilidad frente al crimen. No hay políticas públicas que busquen acabar con este flagelo. Y los más cierto: no las vamos a ver. Ningún gobierno, ni político, se va a interesar en ello. Así las cosas, el panorama es sombrío y tenebroso.

Lo anterior no significa que no podamos hacer nada. No. Un famoso presidente de los Estados Unidos dijo alguna vez, “Dejemos de preguntarnos qué puede hacer el estado por nosotros, empecemos pregúntanos que podemos hacer nosotros por el estado” …pero, la invitación es otra… Empecemos a preguntarnos qué podemos hacer nosotros por nosotros mismos. Si tú, joven, te planteas esa pregunta, de manera concienzuda y critica, ya has empezado a cambiar tu vida. Mira a tu alrededor y seguramente vas a encontrar un “aliado” en un amigo (selecciónalos bien), en un familiar, en un profesor… Es parte de nuestra tarea: orientar, apoyar, aconsejar, encarrilar… no te resistas.

Pero quiero detenerme en otra alternativa: LA LECTURA. Busca refugio en los libros… Ocúpate de hacer buenas elecciones. Los profesores están para ofrecerte la orientación que requieras. Las mieles de los pasatiempos del mundo de hoy, no solo son pasajeros, son peligrosos. La lectura te transporta a mundos diferentes; una buena lectura te podrá llevar a tu propia fábrica de sueños.

Ya hablaremos (o mejor, escribiremos) de la importancia, los bienes, la necesidad y pertinencia de la lectura. Claro, si Uds. lo permiten.

“La lectura aleja de nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la ignorancia”.